
Fortalece tu cerebro: Consejos de fortalecimiento mental para el pádel
Los errores no forzados determinan la mayoría de los partidos de pádel. Esto implica que un error de cálculo o de sincronización de la pelota puede dar lugar a errores y a la pérdida de un punto. Para sobresalir en el pádel, hay que cultivar la fortaleza mental y la constancia, lo que permite concentrarse.
Dicho así, la fortaleza mental se refiere a desarrollar y retener la atención en diversos eventos y entornos complejos. Y así es como se hace.

La imaginación es la clave: Manifiesta tu fuerza visualizándote en tu punto más fuerte
La primera sugerencia de fortaleza mental es verse a uno mismo como poderoso. Cuando se tiene una imagen poderosa, el cuerpo trabaja instintivamente para adaptarse a esa imagen. La fuerza del subconsciente es que tiende a cumplir cualquier visión que tengas en tus pensamientos.
Serás un jugador débil si te consideras como tal. Serás un jugador fuerte si te consideras como tal.
Esto implica que debes pensar en la última vez que ganaste un punto o diste un buen golpe en el pádel. Es algo en lo que hay que pensar, y es algo de lo que hay que estar orgulloso.
En términos de productividad, esto implica que deberías empezar cada día visualizando un día maravilloso y productivo, ya que la imagen mental que tienes de ti mismo y de los próximos acontecimientos tiene un papel importante a la hora de determinar tu grado de éxito. Lo será si se considera centrado, diligente y competente.
La constancia es la clave: Asegúrate de tener un ritual de pádel
Un breve ritual realizado antes de cada punto ayuda a enseñar a la mente a asociar la práctica con un final exitoso y a preparar el cuerpo para el partido. Esto le permite concentrarse y despejar sus pensamientos.
Se trata de un bucle de retroalimentación: cuanto más practiques el ritual, más lo equiparará tu mente con el éxito, y cuanto más éxito experimentes, más exitoso será el hábito.
Es una técnica tan poderosa que todos los jugadores profesionales de pádel la emplean, ya sea botando la pelota de pádel o haciendo girar su pelo antes de un punto. En algunos deportes, los rituales pueden durar más tiempo: Michael Phelps es conocido por tener una rutina matutina que dura desde que se despierta hasta que termina su entrenamiento del día.
Si aplicamos este concepto a la productividad, las rutinas nos ayudan a ser felices, sanos y productivos en general. Puede tratarse de un ritual esencial, como concentrarse antes de empezar una nueva actividad o una rutina más compleja.

Darle demasiadas vueltas a las cosas no te ayudará a ganar
Tanto en el pádel como en la vida, es típico ignorar lo obvio complicando demasiado las cosas. Es como estar demasiado lejos en el bosque, y todo lo que puedes ver son árboles.
Tendemos a cometer errores y equivocaciones cuando pensamos demasiado en las cosas. Tenemos una «parálisis analítica», por así decirlo.
En el caso del pádel, esto puede significar mirar la pelota y mantenerse concentrado en ella para mantener a raya otras ideas que le distraigan. Se trata de reducir las faltas en un juego como el pádel, ya que el jugador que comete más errores pierde.
Podemos regular lo complicado de la productividad restringiendo nuestras alternativas. Podemos conseguirlo lanzando sólo programas y ventanas relacionados con el trabajo que tenemos entre manos o teniendo una selección restringida de tareas entre las que elegir. Lo hacemos para concentrarnos en la tarea inmediata en lugar de confundirnos con lo que está por venir.

No pierdas de vista el premio.
Un espectador agitando una bandera entre la multitud o la luz de un smartphone sobre la mesa, la mente humana tiende a aferrarse a las zonas de atracción.
Cuando esto ocurre, acabamos dedicando una mínima parte de nuestra energía mental y de nuestra atención a procesar lo que observamos, lo que puede desviar fácilmente nuestra atención de la tarea que tenemos entre manos.
En el pádel, el mejor método para evitarlo es mantener la vista en la pista y evitar distraerse con otros factores.
Para empezar, debes determinar primero cuál es tu corte: puede ser el tamaño de la pantalla de tu ordenador o el programa que estás utilizando.
A partir de ese momento, debe mantener la concentración en el trabajo que tiene entre manos, ignorando los «puntos de interés», como los teléfonos inteligentes de los compañeros de trabajo, las discusiones cercanas y las alertas entrantes. Puede reducir drásticamente su sobrecarga mental y mejorar su atención al poner esas distracciones fuera de la vista y de la mente.
Si te lo permites, el público o tu oponente te convencerán a su favor. El público tendrá opiniones sobre lo que estás haciendo. Su adversario le instará a jugar de una manera específica para poder tener la ventaja.
Si te dejas afectar por el adversario o el público, el resultado es un juego reactivo en lugar de proactivo. En lugar de jugar a tu propio juego, acabas jugando al suyo. Como consecuencia, su atención se verá perjudicada y aumentarán sus posibilidades de cometer errores.